Se trata de una vivienda unifamiliar en la costa gallega.
Es una edificación en planta baja formada por dos rectángulos desplazados uno sobre el otro respecto a su cara común. De este modo se crean dos espacios, uno para el garaje al exterior con una simple cubierta ligera y otro para formar un espacio recogido y cubierto delante de la vidriera de grandes dimensiones del salón comedor.
En contra de lo habitual en este tipo de edificación, se resuelve el suelo elevado mediante un forjado sanitario de viguetas de hormigón, cuando lo habitual, por competitivo, es disponer solera ventilada apoyada directamente sobre el terreno compactado. Solución que también permite elevar del terreno el suelo de la vivienda.

La otra particularidad es la de disponer doble forjado para formar la cubierta inclinada: lo habitual es o bien disponer el forjado inclinado y descolgar el falso techo horizontal o bien el forjado horizontal y sobre éste, disponer una subestructura de tabiquillos, viguetas autoportantes y el material de cobertura, que en general se termina con teja o pizarra, según la zona donde se sitúe. En este caso, se opta por disponer forjado horizontal en las zona más bajas de la cubierta e inclinado en toda ella. Así, la parte central, donde se unen los dos rectángulos, tiene más altura y no se dispone falso techo. En las partes más bajas, al existir doble forjado, si bien no sirve para aprovecharlo como vivienda, si genera un espacio interesante de almacenaje de altura máxima de 1,50m.

Este tipo de edificación permite realizar una estructura sencilla que casi todos los constructores de la zona pueden realizar, por lo que resulta interesante tanto por su facilidad constructiva como por su rapidez de ejecución. De este modo, se puede ajustar de forma importante el precio de la estructura, repercutiendo en el precio final de la vivienda de forma importante.